Fundación Ortega y Gasset
-
Cliente:
Junquera Arquitectos
-
Proyecto de:
Junquera Arquitectos
-
Promotor:
Fundación Ortega y Gasset
-
Ubicación:
Madrid
-
Nueva Rehabilitación y Ampliación:
2014-en proceso
-
Alcance del trabajo desarrollado
Proyecto de ejecución de estructuras y asistencia técnica en obra
-
Estado del proyecto
Construído
-
Premios:
I Premios de Urbanismo, Arquitectura y Obra Pública del Ayto. de Madrid 1985
«Restauración y rehabilitacion del Palacete y el Edificio Arniches de la FOM que desde los años 80 no ha sufrido ninguna obra importante de mantenimiento».
En 2014 la Fundación Ortega Marañón tras 40 años encomendó a Junquera Arquitectos la nueva Rehabilitación del conjunto.
La actuación se desglosó en dos Fases.
– La primera, centrada en la Rehabilitación del palacete y ampliación bajo rasante de una dotación de archivos. Las obras de esta Primera Fase finalizaron en noviembre de 2019 y recientemente se ha inaugurado el edificio.
– La segunda fase, se centra en la Rehabilitación del Jardín, el Edificio Arniches y en una pequeña edificación para dotar a la institución de una Sala Multiusos, que empezará en breve.
El éxito de la Fundación Ortega Marañón desde los años 80 hasta hoy ha venido marcada por un incremento de sus fondos en cantidad y calidad que reclaman un incremento de archivos mucho mayor al espacio existente cuando se rehabilitó en los años 80.
Aprovechando que el Palacete se encuentra elevado 1,14m sobre el terreno ajardinado y cuyo perímetro original en su día fue modificado puntualmente, se ha optado por generar un nuevo zócalo ajardinado elevado bajo el cual se genera en bajo rasante los nuevos archivos y algunas dependencias auxiliares.
La otra intervención a señalar es la modificación de todas las instalaciones, las propias de la seguridad frente al incendio y la climatización del conjunto y una red de voz y datos.
El resto del Palacete, Planta Baja, Primera y Segunda mantienen los criterios de Rehabilitación que diseñaron Junquera-Pérez Pita con ajustes puntuales demandados por las normativas y nuevos requisitos funcionales.
Transformar un palacete residencial de la mitad del siglo XIX en un lugar de trabajo y de representación institucional no es tarea fácil si se pretende no distorsionar la tipología original y al mismo tiempo dar respuesta a su nueva funcionalidad muy especialmente la implantación de tecnologías sobre una edificación a la que inexorablemente hay que herir.